Jiménez Sanz M., Sola Villafranca J. M., Pérez Ruiz C., Turienzo Llata M. J., Larrañaga Lavin G., Mancebo Santamaría M. A. et al. Estudio del estado nutricional de los ancianos de Cantabria. Nutr. Hosp.  [revista en la Internet]. 2011  Abr [citado  2014  Dic  04];  26(2): 345-354.


Gracias a los estudios experimentales realizados a la población anciana, se ha podido observar el estado nutricional de esta población, que actualmente se encuentra en crecimiento, y este es un indicador válido para predecir la longevidad y la calidad de vida en esta etapa del ciclo vital. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló a esta población como un grupo nutricionalmente muy vulnerable, por  los cambios anatómicos y fisiológicos que se asocian al envejecimiento. El porcentaje de ancianos que presenta algún tipo de alteración nutricional oscila entre el 35-40% y sobre todo con problemas de malnutrición calórico-proteica, déficit selectivo de vitaminas y/o micronutrientes, inadecuado aporte hídrico y obesidad. La prevalencia de malnutrición se encuentra entre el 3-5% entre las personas mayores que viven en su domicilio hasta cifras superiores al 60% en ancianos institucionalizados.
Este trabajo, “Estado Nutricional en la Población Anciana de Cantabria”, se centra en el estudio del estado nutricional de la población anciana que acuden a consulta o son atendidos en el domicilio y las que viven en residencia. Han utilizado el Mini Nutritional Assessment (MNA).
Lo más destacable en los resultados obtenidos fue el hecho de que el 21,3% de las personas valoradas en su domicilio está malnutrida, frente al 11,6 % de los alojados en residencia y sólo el 1,9% de las que acuden a consulta de AP.
Probablemente una de las características más negativas del envejecimiento sea el desarrollo de alteraciones en el proceso de nutrición y, fundamentalmente, aquellas relacionadas con la hidratación y/o el aporte calórico-proteico. En este trabajo hemos dividido en subgrupos a la población anciana de Cantabria atendiendo a su sexo, edad y lugar de residencia. 
En nuestra muestra, el grupo de mujeres ha sido más numeroso que el de hombres y además tenían una edad media significativamente superior a los varones.
El valor medio del IMC de nuestra muestra resultó ser significativamente superior en las mujeres que en los varones.
Nuestros valores muestran que la malnutrición es un estado carencial de menor prevalencia en nuestra comunidad que en otros mencionados estudios, nuestros ancianos estudiados están nutricionalmente mejor que las poblaciones comentadas.
Las mujeres ancianas están significativamente peor nutridas que los varones lo que correlaciona con la mayor prevalencia de diversas patologías que afectan el apetito en mujeres.
La población institucionalizada presenta en cualquiera de los grupos de edad un mayor porcentaje de personas malnutridas. Por el contrario, las personas que viven en su domicilio y que han sido evaluadas en la consulta de AP o en domicilio presentan un estado nutricional mejor que las institucionalizadas. Las personas evaluadas por AP, generalmente tienen una gran autonomía y desarrollan numerosas actividades de la vida diaria, donde asistir de forma autónoma a la consulta es muy importante.
Existe un riesgo de malnutrición asociada al progresivo envejecimiento, siento mayor el riesgo en mujeres.  El mantenimiento de una adecuada nutrición es clave en el "anciano frágil" en el que la alimentación inadecuada es un elemento de desequilibrio, con frecuencia unido a la inactividad, la inmovilidad, la presencia de enfermedades crónicas o el mismo envejecimiento biológico.
Es muy importante que, tanto en el domicilio como en la residencia, se preste especial atención a la nutrición que presentan los ancianos, puesto que se encuentran en una etapa de la vida en la que una nutrición adecuada actúa de forma muy favorecedora  en el progreso del envejecimiento.  Por el contrario, una mala nutrición en el anciano repercute de forma inadecuada en la calidad de vida y pone en riesgo la vida de las personas mayores, ya que se encuentran en un estado de vulnerabilidad.