EL CÁNCER DE MAMA EN LA MUJER ANCIANA.
La edad constituye uno de los principales factores de riesgo
para el desarrollo del cáncer de mama, por lo que su incidencia se incrementa a
medida que la edad de los pacientes aumenta. El aumento del porcentaje de
población global por encima de los 65 años supone un incremento en el
diagnóstico de casos de cáncer de mama. Aproximadamente el 50% de los cánceres
de mama se diagnostican en mujeres de 65 años y más del 30% aparecen por encima
de los 70 años de edad.
En la mujer anciana, el cáncer de mama posee una serie de
características, en lo referente a su presentación clínica y comportamiento
biológico que se diferencian en ciertos
aspectos de pacientes más jóvenes.
La enfermedad suele ser más indolente en las mujeres mayores
con tumores. La observación indica que en estas pacientes el cáncer evoluciona
más lento y con menos agresividad. En el diagnóstico del cáncer de mama los
programas de detección precoz juegan un papel fundamental. A partir de los 40
años las mujeres deben someterse a un examen mamográfico anual, así como la
autoexploración y el reconocimiento de posibles síntomas. Generalmente a partir
de los 70 años se recomienda la realización de una mamografía al menos cada dos
años.
La guía para el diagnóstico de las pacientes con cáncer de
mama a partir de 70 años:
Histología: Se
requiere confirmación histológica de cáncer de mama en todos los pacientes.
Afectación
ganglionar: En todos los pacientes con tumores invasivos sometidos a
cirugía, se requiere un procedimiento diagnóstico para determinar la afectación
ganglionar.
Metástasis a
distancia: En todos los pacientes con tumores, se recomienda la
realización de estudios de imagen para evaluar la existencia de enfermedad
metastásica.
El objetivo del tratamiento para el cáncer en las mujeres
ancianas consiste en obtener el mejor control posible de la enfermedad sin
detrimento en la supervivencia de las pacientes.
La existencia de enfermedades concomitantes constituye un
factor muy importante. Se calcula que una mujer entre 70 y 80 años con cáncer
de mama tendrá una media aproximada de 3-4 factores de comorbilidad.
La mujer mayor prefiere el tratamiento conservador. Para las
pacientes representa una opción segura con menor distorsión de la imagen
corporal y reducción del impacto sobre la calidad de vida. La radioterapia se
recomienda para todas las mujeres con cáncer de mama sometidas a cirugía
conservadora y en las matectomizadas con alto riesgo de recidiva local. En las
mujeres mayores el riesgo de recidiva es mucho menor, sobre todo en aquellas
que reciben tratamiento hormonal o quimioterapia.
El análisis de las características propias del cáncer de
mama en este grupo poblacional resulta necesario, ante la posibilidad de un
manejo diagnóstico y terapéutico más específico.