BIBLIOGRAFÍA 8


Orihuela de la Cal J, Gómez Vital M, Fumero Naranjo M. Sexualidad en el anciano: un elemento importante en su calidad de vida. Rev Cubana Med Gen Integr  [revista en la Internet]. 2001  Dic [citado  2014  Dic  14] ;  17(6): 545-547. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252001000600006&lng=es

El desarrollo sexual humano es un proceso que abarca toda vida. Cada persona tiene sentimientos, actitudes y creencias sexuales procesadas a través de una perspectiva individual, que se ha conformado por experiencias personales, tanto íntimas como sociales. Tendemos a ignorar, subestimar y a no creer en las capacidades, deseos y necesidades que tienen los ancianos en la esfera sexual. Por todo ello, la problemática de la expresión sexual en el anciano se agrava no solo por los estereotipos sociales, sino también porque muchas veces existe la falta de la otra pareja. La sexualidad es un elemento fundamental en la buena calidad de vida de los ancianos, por lo que se hace necesario el conocimiento de algunos factores que permitan poder brindarles una atención óptima e integral. La sexualidad es una dimensión humana que abarca todo nuestro ser y desaparece solo con la muerte. En ella intervienen elementos biológicos, psicológicos y socioculturales.

A veces, los jóvenes creen inaceptable la expresión de la actividad sexual en el anciano. Según estudios, el interés y la actividad sexual en ambos sexos disminuye con la edad, ocurren cambios biológicos que el anciano debe conocer para evitar confundir situaciones como la impotencia en el hombre y la interpretación correcta de las molestias y el dolor que durante las relaciones sexuales puede padecer la mujer. La mujer anciana puede compensar los cambios mejor que los hombres, pues por lo general basta con tener una lubricación adecuada para disfrutar la relación. Aunque se debe tener en cuenta también que muchos medicamentos pueden inhibir el funcionamiento sexual como las drogas antihi-pertensivas, los diuréticos o las benzodiacepinas.

Existen diversas opiniones sobre la sexualidad, con un predominio del criterio de que esta debe suceder sin tener en cuenta la edad, aunque algunos la asocian a la juventud. La actividad e interés sexual está más conservada en los hombres, mientras que en las mujeres sobresale la falta de interés. Entre las entidades crónicas que padecen, y que han podido afectar su sexualidad, encontramos la hipertensión arterial, la artrosis y la diabetes mellitus. Los fármacos  que más se ingieren en estas edades son los sedantes y las antihipertensivas, que son grupos de medicamentos que pueden también reducir la actividad sexual.


Considero que es de vital importancia incrementar la preparación sobre la sexualidad en esta etapa de la vida, incluyendo al personal de la salud, para tratar de mejorar la calidad de vida de estas personas con un enfoque amplio de criterios y acciones.